Ayer conversando con un amigo concluimos que mi definición de vida es sinónima a la ley del mínimo esfuerzo que obedece todo sistema mecánico en física...
Comentó que era un tanto antigua y griega esa definición, porque implicaría que los objetos inanimados tienen vida, yo le dije que sí, que el universo entero esta vivo; me sostengo a esa definición por la facilidad con la cual se llegan a concluisones sobre el como hay vida, y engloba el desarrollo de la misma a partir del big bang.
Más aún sostiene que nociones como la auto-organización, la auto-jerarquización y la emergencia de nuevas entidades (o sistemas si se habla con base en la ciencia de las situaciones caóticas o complejas) es una facultad intrinseca del concepto Vida, que la individualidad es solo una peculiaridad notable en cada peldaño de la jeraquía y que todos trabajamos para una meta común: mantener la vida.
La semana pasada publiqué en inglés que es muy probable que esta meta sea inalcanzable, y dije: aún sea cierto y no se lograra, hay algo de magía en intentarlo, hay disfrute en contemplar la realidad, en la sorpresa de haber vivido.
Todo esto es porque la vida a encontrado utilidad en las emociones, de la misma manera que ha encontrado utilidad en el capitalismo, de la misma manera que ha encontrado utilidad en la vida biológica (encimas), ad infinitum.